La mujer psicópata: Parte 1 - El Observador

Resumen del video:
En este corto de 11 minutos El Observador nos advierte de un enemigo formidable que vive entre nosotros, la mujer psicópata, una depredadora intra-especie que refleja el aspecto oscuro de todas las mujeres, un tipo de hembra con la que algunos nos hemos encontrado, un ser al que no es posible vencer, solo se puede escapar de su influencia.

Depredadores intra-especie
La mayoría de los psicópatas integrados pasan desapercibidos; se mantienen ocultos y camuflados detrás de vidas aparentemente normales y triviales, causando enormes problemas al depredar socialmente a sus vecinos, parejas, hijos, padres, compañeros de trabajo y subordinados.

En la medida en que se presentan con una máscara de seres encantadores, de buenísimo aspecto, con una imagen impecable que han sabido construir y cultivar, casi nadie ve que detrás de esa perfecta normalidad, se oculta una ambición desmedida, una enorme capacidad de manipulación, así como una ausencia total de remordimientos o de sentimientos de culpa.

Se trata de depredadores intra-especie, seres que atacan a sus propios congéneres para depredarlos y destruirlos.

Psicopatía natural de las mujeres
Cuando se habla de psicópatas, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de un hombre; es muy poco habitual que pensemos primero en una mujer. Pero, ¿qué pasaría si descubriéramos que la mitad femenina del género humano viniera con una dosis mínima de psicopatía que caracterizaría a su sexo?
La naturaleza determina que la mujer, más vulnerable por ser la que gesta al ser humano en su vientre durante nueve meses, necesita que el hombre la proteja de los peligros potenciales, y le aporte los recursos que ella sola no puede obtener, para garantizar la supervivencia de sus hijos y de ella misma a cambio principalmente de sexo, del que se convierte en adicto.

Esto viene a significar que la naturaleza ha establecido que el hombre sea parasitado por la mujer dejándose depredar de forma relativamente desinteresada, de tal forma que el hombre termina dando más de lo que recibe, sin sentirse, en principio, estafado.
Por su parte, para que la mujer no sintiera remordimientos de conciencia al parasitar y depredar al hombre, la naturaleza debía dotarla de alguna característica que lo posibilitara. Y así, la naturaleza dotó a la mujer de un grado mínimo de psicopatía que le vendría de serie.